España, hoy. Cuando se ve salpicado por un escándalo financiero, el rey Alfonso XIV decide apartarse de la primera línea pública. El relevo provisional al frente de la institución lo tomará su única hija, la fiestera e irresponsable princesa Pilar. Ella tendrá que asumir, durante unos meses, la jefatura del Estado. No es la mejor opción. Es la única.